Jerónimo Milo revela la clave para entrenar como un verdadero guerrero

 

¿Otra vez sonó el despertador y lo único que querés es revolearlo contra la pared? Te entiendo. La jornada arranca y ya parece una maratón: el laburo, los chicos, la casa, las corridas. Y en medio de ese caos, la idea de ponerte a entrenar en el living parece una misión imposible, un lujo para gente con más tiempo, con más ganas, con otra vida. Sentís que te falta esa energía extra, esa disciplina que ves en otros. Pero, ¿y si te dijera que la clave no está en tener más horas en el día, sino en despertar algo que ya tenés adentro? Jerónimo Milo, un referente del entrenamiento que sabe lo que es empezar de cero, nos comparte un secreto a voces: la clave para entrenar como un verdadero guerrero no empieza en los músculos, empieza en la cabeza.

El primer round es en tu cabeza: La mentalidad del guerrero

Seamos sinceros. La batalla más dura no es contra las pesas o los burpees. Es contra esa vocecita interna que te dice “hoy no”, “estás muy cansado”, “mejor mañana”. Jerónimo lo explica claro: un guerrero no es el que nunca cae, sino el que siempre se levanta. Y para eso, necesitás cambiar el chip.

Dejá de pensar en el entrenamiento como una obligación, como un castigo por ese pedacito de más de dulce de leche. Empezá a verlo como un acto de amor propio. Es tu momento, tu espacio para recargar energías, para liberar el estrés del laburo y sentirte más fuerte, no solo física, sino mentalmente. Ganarle a esa voz interna es el primer paso para entrenar como un verdadero guerrero.

Pequeños cambios para un gran impacto:

  • Cambiá el “tengo que” por el “elijo”: No “tengo que entrenar”, sino “elijo moverme para sentirme mejor”.

  • Enfocate en la sensación: No pienses en las calorías. Pensá en lo bien que te vas a sentir después, en la energía que vas a tener.

 

Olvidate de la rutina perfecta: ¿Qué significa realmente entrenar en casa?

Muchos creen que si no tienen una hora completa, equipamiento profesional y el último conjunto deportivo, no vale la pena. ¡Error! Ese pensamiento de “todo o nada” es el principal enemigo de la constancia. La realidad de entrenar en casa, en nuestro depto de dos ambientes, es otra.

Entrenar como un verdadero guerrero significa adaptarse. Significa que 15 minutos de movimiento intenso mientras se calienta el agua para el mate son infinitamente mejores que cero minutos. La perfección no existe. Lo que sí existe es el progreso. El guerrero valora cada paso, por más chiquito que sea. Hoy hiciste 5 sentadillas, mañana serán 6. ¡Eso es una victoria! 👏

Tu living es tu nuevo gimnasio: Usá lo que tenés a mano

No necesitás un rack de sentadillas ni mancuernas de 20 kilos para empezar. Tu casa está llena de elementos que podés usar para ponerte en forma. La clave es la creatividad y las ganas de superarte con lo que tenés.

  • Una silla firme: Ideal para hacer fondos de tríceps, subir y bajar (step-ups) o para apoyarte en sentadillas búlgaras.

  • Botellas de agua o leche: Llenalas con agua o arena para tener unas mancuernas caseras.

  • Una mochila con libros: ¡El peso muerto perfecto para la espalda baja!

  • El propio peso de tu cuerpo: Es la herramienta más poderosa y siempre está disponible. Flexiones, planchas, sentadillas, estocadas… las opciones son infinitas.

El verdadero poder no está en el equipamiento, sino en tu decisión de usarlo. No dejes que la falta de recursos sea una excusa, sino un desafío.

 

Más allá de los músculos: La verdadera energía que te da moverte

Seamos honestos, todos queremos vernos un poco mejor. Pero el verdadero premio de mover el cuerpo va mucho más allá del espejo. Es esa energía extra para correr con tus hijos en la plaza. Es esa claridad mental para resolver un problema en el laburo. Es dormir de un tirón y levantarte sintiéndote renovado.

Esa es la verdadera recompensa. Cuando te enfocás en esos beneficios, la motivación deja de ser un esfuerzo. Se convierte en una necesidad. Porque la clave para entrenar como un verdadero guerrero es la disciplina de volver a empezar, día tras día, por vos y para vos. Se trata de forjar un carácter que te sirva para todo en la vida, no solo para hacer una flexión más.

7 Hábitos para activar tu modo guerrero hoy mismo

Basta de teoría. Acá tenés una lista de acciones concretas, súper fáciles, para que empieces a cambiar tu rutina desde ahora.

  1. La regla de los 5 minutos: ¿Cero ganas? Ponete las zapatillas y prometete moverte solo por 5 minutos. Si a los 5 minutos querés parar, lo hacés. Te aseguro que el 90% de las veces, vas a seguir.

  2. Vestite para la ocasión: Dejá la ropa de entrenamiento preparada la noche anterior, a la vista. Es una barrera menos que tenés que cruzar cuando estás con poca energía.

  3. Creá tu “Rincón Guerrero”: Designá un pequeño espacio en tu casa para entrenar. Puede ser un metro cuadrado al lado del sillón. Que tu mente asocie ese lugar con movimiento y bienestar.

  4. Agendalo como una reunión importante: Ponelo en tu calendario. Lunes, 18:30 hs: Reunión conmigo mismo. No se cancela.

  5. El audio es tu aliado: Armate una buena playlist de música que te motive, un podcast interesante o un audiolibro. A veces, la distracción es la mejor compañía. 🎧

  6. Celebrá la mini-victoria: ¿Hoy entrenaste? ¡Genial! Reconocé tu esfuerzo. No importa si fue mucho o poco. Lo importante es que cumpliste con vos.

  7. Uno es mejor que cero: Si tuviste un día terrible y solo pudiste hacer 10 sentadillas y 10 abdominales, ¡ganaste! Le ganaste al cero. Y esa es la mentalidad que construye hábitos a largo plazo.

El camino para entrenar como un verdadero guerrero no se trata de transformaciones mágicas de un día para el otro. Se trata de pequeñas decisiones, una tras otra, que construyen la persona que querés ser. No necesitás ser un atleta de elite, ni tener el gimnasio más caro del barrio.

Todo lo que necesitás ya lo tenés: tu cuerpo, tu voluntad y un pequeño espacio en tu casa. La fuerza más grande no está en tus brazos o en tus piernas, sino en tu capacidad de decir “sí, puedo” cuando todo a tu alrededor te invita a decir “no”.

Tu transformación empieza con una sola decisión. No necesitás un gimnasio para cambiar tu vida, solo necesitás empezar.

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